CIENCIA FICCIÓN EN EL HUMANISMO
"La vertiente futurista de la ciencia ficción reflexiona “sobre nuestra obsesión frenética y creativa por el futuro: El vacío, la muerte, la nada nos acecha con la condena de nuestra mortalidad consciente y la comprensión o el atisbo de lo que nos está prohibido, de lo que no podemos entender ni abarcar, nos persigue y nos intriga"
Pero, ¿por qué nos intriga de esta forma el futuro? ¿Por qué fantaseamos sobre un tiempo inalcanzable, sobre esta ficción de tiempo? Es evidente que no existe una respuesta certera a tan vastas y complejas preguntas. Sin embargo, podemos encontrar algunos argumentos interesantes que nos permitirán reflexionar brevemente sobre nuestra obsesión frenética y creativa.
Entre el pasado y el presente existe una conexión intrínseca de causa y consecuencia que parte de nuestra forma de pensar la temporalidad. Nuestra concepción lineal del tiempo, representada con una recta en la que el presente sería el eterno —movible y estable— centro con el pasado por detrás y el futuro por delante, dicta una cierta lógica casual en las explicaciones del presente: básicamente, si estamos así, si estamos aquí, es porque algo sucedió antes, es porque alguien hizo algo antes y se desencadenó una serie de consecuencias que llegan hasta nuestro presente. La siempre inquietante paradoja del huevo y la gallina nace precisamente de esta forma occidental de organizar el tiempo, de pensar nuestra situación temporal porque al tiempo siempre lo pensamos como espacio—, de organizar nuestra vida y el transcurso en una serie de consecuciones lógicas.
Pero, ¿por qué nos intriga de esta forma el futuro? ¿Por qué fantaseamos sobre un tiempo inalcanzable, sobre esta ficción de tiempo? Es evidente que no existe una respuesta certera a tan vastas y complejas preguntas. Sin embargo, podemos encontrar algunos argumentos interesantes que nos permitirán reflexionar brevemente sobre nuestra obsesión frenética y creativa.
Entre el pasado y el presente existe una conexión intrínseca de causa y consecuencia que parte de nuestra forma de pensar la temporalidad. Nuestra concepción lineal del tiempo, representada con una recta en la que el presente sería el eterno —movible y estable— centro con el pasado por detrás y el futuro por delante, dicta una cierta lógica casual en las explicaciones del presente: básicamente, si estamos así, si estamos aquí, es porque algo sucedió antes, es porque alguien hizo algo antes y se desencadenó una serie de consecuencias que llegan hasta nuestro presente. La siempre inquietante paradoja del huevo y la gallina nace precisamente de esta forma occidental de organizar el tiempo, de pensar nuestra situación temporal porque al tiempo siempre lo pensamos como espacio—, de organizar nuestra vida y el transcurso en una serie de consecuciones lógicas.